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Ser honesto significa mostrarse
en cada situación y relación tal como se es, sin llevar máscaras o disfraces.
Tenemos que sentirnos libres de ser quienes somos, mostrándolo siempre y por
doquier, por ser esto lo más verdadero y coherente con las profundidades de
nuestro ser. Imagínense lo fácil que es, ser y actuar según lo que uno siente y
es, sin querer manipular o complacer a otros con actos que resultarían faltar a
la honestidad respecto a lo que realmente sentimos y no expresamos sobre tal
situación.
Es como una mentira que para no
ser descubierta necesitas de otras mentiras para seguir apareciendo lo que no es.
Para ser lo que somos y seguir siéndolo no necesitamos de nada exterior, sino
que simplemente nos hace falta ser honestos y permitirnos el ser. Proceso,
aquello de hacer que una mentira no venga desenmascarada, que es mentalmente
muy cansado y desgastante, por tener que acordarnos perfectamente lo dicho y a
quien, para no contradecirnos y ser pillados con las manos en la masa. Además
este proceso está destinado a fallar, sí o sí, como dice aquel viejo y sabio
dicho: “las mentiras tienen patas cortas”.
Cuando uno habla la verdad es matemático
que siempre será coherente y honesto consigo mismo y con los demás, porque la
verdad está enraizada en el corazón y es inolvidable. Al contrario, las
mentiras están enraizadas en el ego, cuyo propósito y preocupación principal es
su supervivencia. Por ella está dispuesto a todo, actuando de manera egoísta
según las oportunidades que las circunstancias les ofrecen, y con el único
propósito de sacar el mayor provecho posible de la situación, donde, para nada le
importa, lo que se les causa a otros.
Ser es lo más genuino y verdadero
que hay en nosotros, y por esto, es la manera más fácil, beneficiosa, y
satisfactoria de vivir la vida.
Sea honesta consigo misma porque
cree en la fuerza de esta virtud y no para mostrarlo a los otros. Respete las
reglas que sabe que existen aún cuando no haya nadie que las controle. Respételas,
porque usted se respeta y porque respeta a sus principios; esto la llevará a
ser integra y sincera, en cualquier momento y en cualquier circunstancia.”....
Ilarión está haciendo una pausa.
Con su mano izquierda levanta su bastón hacia el cielo y con la mano derecha
eleva una lámpara muy especial. Su mirada está fija y determinada, mientras su
mente se mueve libremente entre pasado, presente y futuro.
desde el capítulo 10, "HONESIDAD Y EXPERIENCIA"
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